William Holman Hunt

Hunt: entre lo sacro y lo profano.

William Holman Hunt nació en Londres en 1827, hijo de William Hunt, jefe de almacén, y de Sarah Hobman. En 1839, comenzó a trabajar como empleado, al tiempo que estudiaba pintura. En 1844, tras dos tentativas fallidas, fue admitido en la escuela de la Royal Academy. Para mantener sus estudios realizaba retratos y copias de pinturas famosas; en 1845 expuso sus primeras obras en la Royal Manchester Institution, y al año siguiente en la Royal Academy. En 1844 había entablado amistad con Millais, quien lo había acercado a la poesía de Keats y a los escritos de John Ruskin. Frecuentó el Cyclographic Club, donde conoció a Rossetti y a Brown, con quienes participó, en septiembre de 1848, en la fundación de la Confraternidad de los Prerrafaelitas, a la que permaneció fiel durante toda su vida. En la década siguiente trabajó intensamente, realizando muchas de sus obras más famosas, que obtuvieron pareceres opuestos entre los críticos, pero una acogida positiva por parte de los coleccionistas, hizo que aumentaron sus encargos. El 3 de enero de 1854 dejó Inglaterra para viajar durante casi dos años a Egipto y Tierra Santa, en compañía del pintor Thomas Seddon. Regresó otras tres veces, experiencias que influyeron profundamente en su lenguaje artístico.

La víspera de santa Inés, 1848, William Holman Hunt, Colección privada.
La víspera de santa Inés, 1848, William Holman Hunt, Colección privada.

Como todos los prerrafaelitas Hunt pintó cuadros basados en obras de Shakespeare. El tema del cuadro Claudio e Isabel deriva de la obra Measure for measure (acto III, primera escena). Afronta un argumento delicado y candente, como la relación entre el bien y el mal. Claudio, encadenado, trata de convencer a su hermana Isabel de que ceda a las atenciones de Angelo, para así poder salvar su vida.

Claudio e Isabel, 1850, William Holman Hunt, Londres, Tate Britain.
Claudio e Isabel, 1850, William Holman Hunt, Londres, Tate Britain.

Hunt: La dama de Shalott

En mayo de 1850 Hunt hizo un dibujo a lápiz de la Dama de Shalott, la famosa obra de Tennyson. En 1886 comenzó la gran tela (188×146 cm) en la que trabajó durante años. Los problemas en la vista retardaron la ejecución hasta 1905. El poema homónimo de Tennyson, de 1842, se inspiró en las antiguas leyendas artúricas, pero la trama es en gran parte fruto de su fantasía. La dama teje en una tela mágica las imágenes de los que pasan cerca de su castillo, camino a Camelot. Víctima de un maleficio, la dama puede ver a los viajeros solo a través de un espejo. Cuando pasa Lancelot, el espejo se rompe; la dama sube a una barca pero, una vez junto al castillo de Camelot, muere. Paralelamente a la realización de la tela grande, Hunt ejecutó una version más pequeña, hoy conservada en la City Art Gallery de Manchester. Cuando Tenysson la vio se lamentó porque, según él, su amigo había representado su poema con excesiva libertad. En efecto, Hunt quiso reflejar en la pintura la síntesis de su propia visión moral y estética, el testamento espiritual de su arte.

La dama de Shalott, 1905, William Holman Hunt, Hartford, Wadsworth Atheneum.
La dama de Shalott, 1905, William Holman Hunt, Hartford, Wadsworth Atheneum.
La dama de Shalott, 1905, William Holman Hunt, Hartford, Wadsworth Atheneum.

En la misma versión del poema de Tennyson que hizo William Waterhouse, uno de los últimos prerrafaelitas, el artista ha representado a la dama poco antes del trágico epílogo. Ella ya no es una poderosa hechicera, sino una joven indefensa, y el elegante vestido ha sido sustituido por una simple túnica blanca. La mirada ausente y los brazos abandonados indican sur rendición al destino.

La dama de Shalott, 1887-1888, William Waterhouse, Londres, Tate Britain.
La dama de Shalott, 1887-1888, William Waterhouse, Londres, Tate Britain.

Hunt poseía una técnica minuciosa y realista que aplicaba en los paisajes de fondo; en su producción religiosa, esta atención a los detalles y su fascinación por lo real, se carga de una atmósfera misteriosa y alegórica: La luz del mundo (1853-56) tuvo un gran impacto entre el público por su alcance moral. Hunt trató igualmente otros temas literarios como en Isabella y el tiesto de albahaca, sacado de una novela de Giovanni Boccaccio. Hunt decide plasmar en el cuadro un momento contemplativo y trágico de la novela: Isabella abraza dolorosamente el tiesto de albahaca que en realidad contiene la cabeza de su amante bárbaramente asesinado por los hermanos de ella. La historia, además de por la novela de Boccaccio, fue también inspirada por las circunstancias personales del pintor: la pintura, iniciada durante un viaje a Italia, fue terminada en Londres y dedicada a su esposa, muerta de unas fiebres puerperales en aquel país .

Isabella y el tiesto de albahaca, 1867, William Holman Hunt, Newcastle, Laing Art Gallery.
Isabella y el tiesto de albahaca, 1867, William Holman Hunt, Newcastle, Laing Art Gallery.

Hunt trató escenas de la vida contemporánea y escenas de género de carácter moral como El despertar de la conciencia. Sus composiciones se caracterizan por una gran fuerza expresiva, aunque se observa cierta rigidez en las figuras. En algunos de sus cuadros Hunt utiliza luz artificial.

Hunt: Valentín libera a Silvia de Proteo

La pintura Valentín libera a Silvia de Proteo representa la cuarta escena del quinto acto de la obra de Shakespeare Los dos hidalgos de Verona. Valentín perdona a Proteo, que había tratado de seducir a su amada menospreciando la amistad que los ligaba. Al fondo se ve llegar a un grupo de soldados, guiados por el duque de Milán que, al final de la comedia, se reconciliará con su hija Silvia y Valentino. El cuarto personaje que asiste a la escena es Julia, novia de Proteo. La expresión incierta y poco convencida de la joven revela claramente sentimientos opuestos que la atormentan. Su tensión resulta evidente también en las manos, que hacen girar nerviosamente el anillo que Proteo le había regalado como prenda de amor. La pose es muy parecida a la de uno de los personajes de La hija del leñador, que Millais había pintado en la misma época.

Valentín rescatando a Silvia de Proteo, 1851, William Holman Hunt, Birmingham, Museum and Art Gallery.
Valentín rescatando a Silvia de Proteo, 1851, William Holman Hunt, Birmingham, Museum and Art Gallery.

Durante la ejecución de la pintura, Hunt se documentó para respetar la fidelidad histórica. En particular se inspiró en las ilustraciones del segundo volumen de los Trajes históricos de Bonnard, que consultó en la sala de grabados del British Museum. El modelo para Valentino fue James Lennox Hannah, mientras que James Espinal posó para Proteo. El tema de esta pintura tiene una involuntaria comparación con la vida del pintor. Hunt estaba enamorado de su modelo Annie Miller, y tenía la intención de casarse con ella. Antes de partir para su viaje en Tierra Santa, se la había confiado a su amigo Rossetti, pero éste tendrá con ella una relación amorosa. La modelo para Silvia fue Elizabeth Siddal, introducida en la Confraternidad por Walter Howell Deverell, para quien había posado en la obra La duodécima noche. En el mismo año había sido retratada por Hunt en el cuadro Una familia inglesa convertida.

Una familia inglesa convertida, 1849-1850, William Holman Hunt, Oxford, Ashmolean Museum
Una familia inglesa convertida, 1849-1850, William Holman Hunt, Oxford, Ashmolean Museum.
Una familia inglesa convertida, 1849-1850, William Holman Hunt, Oxford, Ashmolean Museum.

Hunt: El hallazgo de Jesús en el Templo

La primera idea para la pintura El hallazgo de Jesús en el Templo fue un un dibujo realizado entre el 11 y el 17 de marzo de 1854, mientras Hunt se encontraba en Egipto. Posteriormente, en Jerusalén, se documentó en la biblioteca local, se hizo traducir el Talmud y participó en algunos ritos hebreos, para realizar su cuadro con el máximo rigor histórico posible. En la parte superior del marco el pintor escribió con letras de oro, el título, y sobre los otros tres lados el pasaje del capítulo del Evangelio de Lucas que se refiere a este episodio. El mendigo ciego, relegado al exterior del edificio, representa simbólicamente la ceguera espiritual de los sacerdotes del templo, incapaces de reconocer en el joven Jesús su verdadero Salvador. Además fue interpretado como una premonición sobre el futuro de miseria y persecución sufrido por el pueblo hebreo en los siglos posteriores. En noviembre de 1867 se obtuvo un grabado que fue reproducido, con gran éxito comercial, en numerosos libros.

El hallazgo de Jesús en el Templo, 1854-1860, William Holman Hunt, Birmingham, Museum and Art Gallery.
El hallazgo de Jesús en el Templo, 1854-1860, William Holman Hunt, Birmingham, Museum and Art Gallery.

En su deseo de veracidad histórica, Hunt quiso usar como modelos sólo a semitas, pero encontró serias dificultades, ya que éstos rechazaban posar para un cristiano. Después de largos meses y gracias a la intervención de amigos influyentes, los rabinos levantaron la prohibición y pudo completar el cuadro. El objeto que sostiene el joven vestido de verde es un sistro, instrumento ritual en bronce u otros metales conocido ya en el antiguo Egipto, era empleado en los ritos dedicados a la diosa Isis, considerada su inventora.


Bibliografía

Birchall, Heather. Prerrafaelitas, Taschen, 2010
Morel, Guillaume. Les préraphaélites : De Rossetti à Burne-Jones, P. des Victoires, 2015
Wood, Christopher. Les PréRaphaélites, Bookking international, 1998
De la Sizeranne, Robert. Le Préraphaélisme, Parkstone, 2008
Bade, Patrick. Edward Burne-Jones, Parkstone, 2004