El movimiento expresionista.
«Expresión es lo contrario de impresión… La expresión es un movimiento del interior al exterior: es el sujeto el que imprime de sí mismo el objeto…» (Argan).
El expresionismo es un movimiento cultural y artístico de finales del siglo XIX hasta 1925, muy individualista, donde los artistas expresan su emoción y su subjetividad. Sin embargo, esta tendencia artística no es nueva en la historia del arte. Se refiere también a artistas como Grünewald del gótico tardío alemán, el Greco, Goya y los precursores como Van Gogh, Gauguin, Ensor, Munch. Precisamente a la obra El grito de Edvard Munch de 1895, en sus diferentes versiones pictóricas y gráficas, se la podría considerar el símbolo de todo expresionismo. Este movimiento tuvo una especial intensidad en Alemania (Die Brücke) y en Francia (Fauvismo), al cual adhirieron diferentes artistas con orientaciones radicalmente diversas y personalidades aisladas, que no redactaron ningún manifiesto como lo hicieron las otras vanguardias históricas ni impusieron sus propias líneas de desarrollo.
La violencia de la guerra y la apertura de nuevos caminos artísticos provocaron la decadencia del expresionismo en torno a la primera década del siglo XX. La Primera guerra mundial originó la imperiosa necesidad de conjugar la experimentación en el arte como un compromiso político muy marcado: el expresionismo toma los rasgos de una violenta denuncia política y decide representar los vicios de la sociedad contemporánea, denunciando su fracaso. El expresionismo fue víctima del nazismo con la exposición «Arte degenerado» (1937) con el objetivo de denigrar y de censurar. Sin embargo, los principios expresionistas han influido profundamente no sólo a las artes visuales, sino también a la danza, la música (Schönberg), el teatro (Brecht), el cine (Lang), la arquitectura (Taut), la escultura (Barlach) y la literatura (Scheler).
Los pintores del Die Brücke (el Puente)
En 1905, Heckel, Schmidt-Rottluff y Kirchner fundan en Dresde el grupo Die Brücke (el Puente), uniéndoseles más tarde Nolde, Pechstein, Müller. Difundieron su arte en la revista De Sturm creada en 1910; Reaccionando contra la sociedad urbana y denunciando su corrupción y su intolerancia en sus cuadros o en sus grabados (Kirchner, Calle en Dresde), pintaron igualmente la naturaleza, que ellos convierten en un mito, como si fuera la ilustración de un nuevo mundo que está aun por crear (Schmidt-Rottluff Sol sobre un bosque de pinos, 1913). Las pinceladas son anchas, su gama cromática se compone de colores violentos, las composiciones se simplifican, en sus grabados se expresa la angustia. Las tendencias expresionistas serán reanudadas por el Der Blaue Reiter, creado en 1911 en Munich por Kandinsky y Marc.
El 7 de junio de 1905, este grupo de artistas, estudiantes de arquitectura, fundaron en Dresde la asociación Die Brücke, cuyo nombre fue tomado de Nietzsche en «Así habló Zaratustra»: «La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta; Lo que en el hombre se puede amar es que es un tránsito y un ocaso». Los cuatro artistas se ven así mismos como una élite artística y, frente a las viejas costumbres, su objetivo es la libertad de acción y de forma de vida. El programa de Die Brücke publicado en 1906, invitaba a todos los artistas progresistas a unirse por un existencialismo artístico revolucionario.
Erich Heckel
Erich Heckel (1883-1970) fue madurando sus propias opciones pictóricas bajo la influencia de Munch, del postimpresionismo y de los pintores primitivos. Heckel, pilar de la experiencia expresionista, fue el pintor del grupo Die Brucke más proclive a la melancolía. Pintó a su amigo Pechstein, una de las personalidades menos atormentadas del grupo, mientras dormía, pero inmerso en un sueño no demasiado sereno. La mancha roja color sangre se extiende lentamente devorando el suelo, los pies, la ropa y hasta la cara del artista. El cuadro expresa una sensación de inquietud existencialista sugerida a través de la acumulación del color. La figura, vista desde una perspectiva frontal, está llena de furia interior y de grandeza. En su viaje por Italia en 1909, Heckel se encontró con la pintura monumental y rigurosa de Giotto y del Trecento, pero también con la sagrada solemnidad de la escultura etrusca. En la época del Die Brücke, el principal objetivo de Heckel, era de someter a una disciplina general todos los recursos pictóricos.
La tradición alemana del grabado sobre madera que Heckel practicó abundantemente, y su experiencia como grabador se encuentran en las líneas rotas, en el vigor agresivo y en las gamas de colores planos y chillones de su pintura. En este retrato se halla representada la atmósfera agitada de las pinturas de los años expresionistas del pintor, para confluir hacia una pintura de paisajes más relajada.
Ernst Ludwig Kirchner
Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938), como los demás fundadores del Die Brücke, era estudiante de arquitectura en Dresde. Se apasionó por las artes figurativas a través de su interés por la pintura y el grabado de principios del siglo XVI alemán (Lucas Cranach, Alberto Durero), las estampas japonesas, la escultura africana, y los pintores modernos como Munch, Gauguin y Van Gogh; fue impresionado por la inmediatez de su expresión, basada en la dinámica lineal y en el énfasis antinatural de los colores, con contenido simbólico y psicológico. Kirchner es tal vez el representante más rotundo y coherente del movimiento expresionista alemán.
Además de sus primeros paisajes y retratos caracterizados por colores vivos y por deformaciones violentamente expresivas, el artista pinta, a partir de su instalación en Berlín en 1911, imágenes urbanas de calles, de puentes, de cafés, contempladas a través del espejo deformante de una amarga crítica social. Se trata de cuadros de formato más ancho, donde los colores yuxtapuestos producen efectos dramáticamente disonantes, asumen la función de estructura en relación con la forma y el volumen.
Las paredes de ladrillo rojo de la estación de Postdam brillan en la parte superior del cuadro. Las dos mujeres, una vieja y otra más joven, a pesar de su profesión de prostitutas, van vestidas como damas, como lo exigían en esta época las ordenanzas municipales. Se encuentran de pie sobre una especie de plataforma. Los clientes, vestidos de negro, se ubican como seres anónimos, casi sin cara, en el fondo de la escena. Alrededor, un color verde, casi fluorescente, se vierte sobre el asfalto. Las audacias de Kirchner en sus composiciones en forma de V, N y X, y sus cambios de perspectiva, se ponen de manifiesto en este cuadro.
Observador riguroso y fascinado para la vida ciudadana, Kirchner realizó en este impresionante paisaje urbano, una de las más importantes obras de su carrera.
A pesar de su integración en el grupo, Kirchner era un hombre solitario. Vivió bajo una constante tensión mental, provocada por la decepción de sus esperanzas en la Primera guerra mundial, los años de posguerra y el terror nazi, cayendo en profundas crisis nerviosas. En Autorretrato vestido de soldado de 1915 (Berlín, Brücke Museum) Kirchner presenta una imagen simbólica del artista durante la guerra con uniforme de soldado. Se ve a él mismo como un mutilado de guerra, ante la imposibilidad de utilizar su mano derecha para pintar. Los rasgos tensos y paralizados en una mueca atormentada, y el cigarrillo en la boca, expresan el embrutecimiento de las personas y la pérdida de las relaciones humanas. En 1938, la enfermedad y la desesperación condujeron Kirchner al suicidio.
Karl Schmidt-Rottluff, grabador y miembro fundador del Die Brücke, enseñará al grupo la técnica de la litografía. Prefiere los paisajes, antes que las escenas urbanas. Descubre el cubismo durante una exposición en Colonia, lo que influye en sus esculturas y después en su pintura donde las formas se irán simplificando. En 1933, será expulsado por el régimen nazi de la Academia del Arte como artista degenerado, pero continuará pintando grandes paisajes con vivos colores. En 1967, funda el Museo Die Brücke en Berlín-Dalhem.
Otto Mueller o Müller (1874-1930) integró el Die Brücke en 1910, y es en este contexto donde elabora realmente sus propios medios de expresión. Müller aporta al panorama del expresionismo alemán una representación melancólica, con sus delgados desnudos femeninos, sus escenas de vida zíngara, sus paisajes ricos en vegetación y en agua situados en una dimensión legendaria; su construcción formal está menos orientada hacia las disonancias del resto del grupo.
«Mi arte no se puede comprar. No quiero cambiar mis sentimientos por ningún tesoro terrenal. Otra gente quizás hará lo que sea por dinero, fama y honor, pero yo no soy de ésos. Prefiero echarme en la hierba entre flores radiantes, sentir el viento acariciarme, oír el vaivén de la gente – esto me da fuerza y me divierte – y pasarme todo el día soñando.» Otto Mueller
Durante esos años va a ser fundamental la aportación al expresionismo de dos artistas austríacos : Egon Schiele y Kokoschka que pinta personajes angustiados e introvertidos.
Kokoschka y la Novia del viento
Oskar Kokoschka (1886-1980) fue introducido en los círculos culturales radicales por su amigo, el arquitecto A. Loos. Su admiración por Munch, por los fauvistas y por los pintores del Die Brücke sitúan su trabajo en el marco del expresionismo. Aunque no adhiere oficialmente al programa del grupo Die Brücke, las obras de Kokoschka expresan fuerza y penetración psicológica; una violencia cromática realmente expresionista. El cuadro La novia del viento (Die Windsbraut), término alemán que significa torbellino o huracán es un homenaje a Alma Mahler, esposa del compositor Mahler, cuyos breves y atormentados amores le inspiraron esta obra: una mujer cuyo retrato es el de la bella e inteligente Alma, yace dormida reclinada sobre el cuerpo del hombre medio insomne. La extraña escena se desarrolla en un espacio infinito e indeterminado a través del cual la pareja da vueltas como si hubiera caído en un torbellino, lo que evidencia el caos que se acerca. Como en el arte romántico, el amor y la muerte aparecen aquí como hermanos, pero el mensaje escondido no es «muerte y transfiguración», sino horror y condena.
Kokoschka fue probablemente quien acuñó el tema genérico de «expresionismo», y por primera vez un nuevo movimiento recibía un nombre sin una intención despectiva.
Los retratos de Kokoschka de una rara penetración psicológica, tienen el aspecto de alucinaciones pintadas, sin duda, la propia inquietud atormentada del artista, reflejo de la inquietud de la época, tuvo su papel.
En los años 1920, la pintura de Kokoschka se aleja progresivamente del expresionismo para privilegiar el tratamiento pictórico de grandes espacios (paisajes y vistas urbanas). Se consagra paralelamente a la realización de decoraciones y vestuario de teatro.
Egon Schiele
Egon Schiele (1890-1918) pintor austríaco, suscita la admiración de Gustave Klimt, quien le procura numerosos encargos. Atento a la lección de los expresionistas (Kubin, Gerstl, Kokoschka), Schiele se dirige muy rápidamente hacia una pintura que representa la realidad cruda del hombre, atrapado dentro de su conflicto exacerbado entre la vida y la muerte. En obras como el Autorretrato con los dedos separados queriendo representar la frontalidad de las pinturas de Klimt, reduce el espacio como en una suerte de vacío trágico. Más que en el color, Schiele confía la expresión de su angustia a una línea cortante, de una pulcritud muy gótica – particularmente eficaz en sus numerosas acuarelas y en sus dibujos que transmiten una alucinada tensión. En 1915 Schiele se instala en el campo y se casa con Edith Harms: el matrimonio le procura una inesperada serenidad, que modificará su inspiración. Una fuerza en la composición emerge de las pinturas de esta nueva fase, sobre todo en el retrato Edith la mujer de la artista. En 1918, durante la Secesión vienesa y en vísperas de su muerte, una gran retrospectiva le procurará un éxito tardío.
Los dibujos de Schiele expresan con una gran intensidad la desesperación, la pasión, la soledad y el erotismo; el sufrimiento que implica la sexualidad, los aspectos oscuros de las relaciones hombre y mujer, como Freud los describe en su obra. La desnuda sexualidad de sus figuras femeninas lo convirtieron en un artista controvertido y muchos de sus dibujos fueron confiscados o quemados; En 1912 Schiele fue encarcelado, bajo la falsa acusación de corrupción de menores. Durante su estancia de 24 días en prisión escribió un relato en forma de diario que ilustró con dibujos: «He dibujado el corredor de delante de las celdas, con los trastos que hay en los rincones, los utensilios que los prisioneros utilizan para limpiar su celda.- Bien. Esto me ha devuelto un poco de equilibrio. Me siento purificado más que castigado.»
El expresionismo tardío
Ludwig Meidner (1884-1966), milita en las filas de la izquierda radical, manifestado su compromiso político en las obras que produce entre 1910 y 1920, cuyos tonos de un encendido expresionismo se anticipan a Otto Dix. La influencia del futurismo es evidente en el dinamismo alucinado de sus imágenes de ciudades trastornadas por un terremoto, en llamas, amenazadas por terribles catástrofes. Es en esta prefiguración de la violencia de la guerra donde Meidner alcanzó sus mejores resultados.
El movimiento expresionista belga se difundió gracias a la revista «Selección» y por la galería del mismo nombre después de la Primera Guerra mundial. Permeke está considerado como uno de los principales representantes del expresionismo flamenco, siendo la monumentalidad de sus personajes una de sus principales características (El extranjero de 1916 o Pan negro de 1923).[:]