Tendencias abstractas
Alrededor de 1910, se desarrollan distintas tendencias abstractas en el marco de los movimientos de vanguardia alemana, rusa, checa y húngara. Sus predecesores inmediatos son los dos grandes movimientos innovadores, el impresionismo y el fauvismo. Las dos tendencias principales del arte abstracto salen de esta doble matriz formal;
buscan un orden y una racionalidad que excluya una referencia inmediata al mundo exterior, pero que sean al mismo tiempo capaces de recoger las «fuerzas creativas» de la naturaleza. La primera tendencia, fundada en el recorrido por las emociones, en la influencia de la música, en el estudio de la psicología y de los principios de percepción de lo real, llega a definir un lenguaje basado en la función expresiva y simbólica del color, en el ritmo producido por las analogías recíprocas de las formas puras. Kandinsky intentó sus primeras formulaciones teóricas (De lo espiritual en el arte, 1912) desarrollando concretamente sus investigaciones con el grupo Der Blaue Reiter (1911) y con Paul Klee, que enseña en la Bauhaus después de la guerra.
Esta obra está considerada como el punto de partida de la pintura abstracta: Kandinsky es el primero en pintar sin ningún resto de figuración. Un lenguaje vibrante de líneas en tonos rojos, verdes y azules, colores que simbolizan la dualidad entre el cielo (azul) y la tierra (roja y verde), entre racionalidad y emoción, espiritualidad y pasión.
La segunda tendencia del arte abstracto tiende, en cambio, a un rigor matemático y a una simplificación radical de la abstracción geométrica. Sus primeros intérpretes son los artistas del grupo holandés De Stijl (P. Mondrian, Van Doesburg y el arquitecto Oud). Se aperciben también experiencias importantes dedicadas a la elaboración de un lenguaje no objetivo como las de Francis Picabia y Robert Delaunay.
Esta pintura, de una intensidad y de una particular riqueza artística, pertenece al periodo de contacto del pintor con Theo van Doesburg. Los dos artistas holandeses con su revista De Stijl (El Estilo) desarrollaron los fundamentos teóricos del arte abstracto geométrico y constructivista.
Con el fin de construir un nuevo universo estético fundado sobre los principios de la no objetividad, se reevalúa la aportación de la «puesta a cero» rusa (en 1914, Malevitch pinta un cuadrado sobre un fondo blanco) es decir, la búsqueda constructivista en todos sus componentes (Tatlin, Gabo, Pevsner, Rodtchenko, El Lissitzky).
Kandinsky y el expresionismo abstracto
El importante paso de Kandinsky hacia el expresionismo abstracto tiene lugar entre 1910 y 1914, la época del Blaue Reiter. Kandinsky no descompone la imagen como los cubistas con líneas geométricas, sino que lo hace con un enérgico sentido del color. En 1914, en Moscú, Kandinsky participa en la Revolución rusa y es nombrado profesor de los talleres artísticos moscovitas, comenzando así sus experiencias constructivistas. Esta búsqueda se confirma después de su regreso a Alemania (1922), con su participación en los trabajos de Klee y en la Bauhaus en Weimar. A partir de esta época, las pinturas de Kandinsky convergen hacia un aspecto geométrico sin renunciar al intenso lirismo del color. Después de la publicación de su importante libro Punto y línea sobre el plano (1926), la relación entre Kandinsky y la Bauhaus se corta: el pintor se traslada cerca de París, donde continuará pintando hasta su muerte.
Se trata de la pintura más importante correspondiente a la primera fase abstracta de Kandinsky. Esta pintura fue estudiada con minuciosidad a través de numerosos dibujos y acuarelas preparatorias. Hasta 1912 Kandinsky llama a sus obras abstractas «improvisaciones»; el nombre «composición» indica una meditación formal más intensa.
La revolución más radical en pintura desde el Renacimiento fue puesta en marcha, no por un joven rebelde, sino por un hombre distinguido de mediana edad, Kandinsky, que había decidido a los cuarenta años consagrarse al oficio de artista. La época estaba preparada para asumir un arte de signos y de símbolos en un mundo que se volvía cada vez más complejo. Las experimentaciones de los artistas tuvieron un desarrollo paralelo dentro de otros campos, particularmente en la ciencia y la tecnología.
Kazimir Malevitch
Fundador del movimiento suprematista, Kazimir Malevitch (Kiev 1878 – San Petersburgo 1935) es uno de los principales puntos de referencia del arte abstracto internacional. En su caso, la búsqueda de una expresión «absoluta» muy pura y no figurativa pasa a través de exquisitos medios pictóricos. La crítica ha aclarado la relación entre la herencia de la pintura bizantina y ortodoxa y el nacimiento del arte abstracto en Rusia. Después de una primera etapa de formación moscovita, orientada hacia el neoimpresionismo, alrededor de 1907 Malevitch entra en contacto con Larionov, abriéndose a experiencias y a relaciones internacionales, desde los fauvistas a Léger, desde los cubistas al futurismo italiano, con una asombrosa capacidad de asimilación. En 1915, declarando con vigor la superioridad de la abstracción en las artes, Malevitch pinta el simbólico «Cuadrado negro sobre fondo blanco». Después del triunfo de la Revolución rusa, Malevitch toma conciencia de la importancia de su arte, levantando un paralelismo entre las novedades sociales y económicas del comunismo y la nueva pintura, libre de esquemas académicos y atenta al desarrollo de las tecnologías modernas. La condena que hizo Stalin del arte abstracto obliga a Malevitch a volver a la pintura figurativa.
Esta pintura toma el nombre del movimiento fundado por Malevitch, una de las vanguardias más interesantes del arte ruso. Con la certeza de la «supremacía» de la forma pura, de la geometría, Malevitch compone escenas abstractas, donde los elementos se ordenan planos y lisos en la superficie del cuadro.
Después de haber alcanzado el nivel «cero de las formas», Malevitch reconsidera la superioridad de la tradición rusa, y comienza a pintar cuadros figurativos, con reminiscencias de las obras de su periodo de juventud. Pero en este nuevo ciclo, siempre se apercibe la severa armonía de las composiciones suprematistas.
Piet Mondrian
Piet Mondrian (Amersfoort 1872 – 1944) hijo de un severo profesor calvinista, Piet se inicia a la pintura de la mano de su tío Frits, un pintor paisajista de tradición impresionista. La actividad de juventud de Mondrian, influenciada sobre todo por el ambiente pictórico de Amsterdam, incluye naturalezas muertas, paisajes y estudios académicos. Para poder vivir, el joven Mondrian se conforma con realizar copias de pinturas antiguas del Rijksmuseum e ilustraciones para libros. Alrededor de 1901, impresionado por el espectáculo de las corridas de toros durante un viaje a España, Mondrian padece una especie de crisis mística que lo conduce a aislarse, a buscar en el campo un orden supremo, una regla pura y sintética. Entre 1907 y 1908, de la mano de Van Dongen entra en contacto con los fauvistas y Munch. La primera exposición de este arte renovado, que tuvo lugar en Amsterdam en 1909, suscitó una violenta oposición. Mondrian se va a París, donde estudia la descomposición cubista, basada en la linea recta. Nacen los primeros cuadros llamados simplemente Composición.
En 1914, Mondrian vuelve a Holanda y, en 1917 encuentra Theo van Doesburg y firman el manifiesto De Stijl donde escribirá numerosos artículos teóricos. Pinta las primeras obras compuestas de rectángulos compactos azules, amarillos y rojos sobre fondo blanco, colores primarios, y los no-colores – el blanco y el negro. La finalidad de su arte es la recuperación del equilibrio armónico entre el hombre y la naturaleza. En 1920, Mondrian se separa de De Stijl por desacuerdos con Van Doesburg y entra en contacto con los temas de la Bauhaus. En Nueva York, abandona la utilización de la línea, que sustituye por cuadrados y rectángulos.
La pintura de Mondrian está basada en el absoluto rigor matemático. Pretendía hacer una amalgama entre el arte, la materia y el espíritu para poder capturar esta armonía universal base del neoplasticismo (la utilización del ángulo recto y de los colores primarios): una exploración cuya finalidad era descubrir la profunda esencia espiritual de la realidad y de la vida.
Al final de su carrera, Mondrian inicia un cambio radical en su pintura. Estimulado por la nueva vitalidad de Nueva York, donde se había refugiado durante la Segunda guerra mundial, el pintor holandés sustituye las lineas rectas negras por una sucesión de cuadrados coloreados.