El documental de la National Gallery de Londres Vermeer: Master of Light, analiza la obra de Johannes Vermeer (1632-1675) pintor del alma y de la luz que pasó toda su corta vida en la pequeña ciudad de Delft. A partir de 1656 su relación con diferentes artistas de la época, entre ellos Gerard ter Borch, le animaron a dedicarse a los temas de la vida cotidiana.[:] Como le había enseñado su maestro Carel Fabritius fundador de la Escuela de la Delft, Vermeer muestra especial preocupación por los problemas de perspectiva. Así nacerán obras maestras inolvidables fruto de una técnica paciente y refinada, que se caracteriza por pequeñas pinceladas que hacen vibrar la materia pictórica.[:]
Los recuerdos de la pintura flamenca del siglo XV Vermeer los interpreta con una nueva sensibilidad, en particular el uso de las fuentes de luz y el valor dado a los detalles más pequeños. Aunque llevó una vida sencilla, cultivó amistades importantes, empezando por su amistad con Anthony Van Leeuwehock, el gran científico de Delft, inventor del microscopio. Quizás sea la clave para comprender el milagro de la pintura de Vermeer, el pintor que nos revela la vida secreta escondida en las pequeñas cosas, que la luz puede revelar a aquellos que tienen ojos, corazón y paciencia.