Realizado por el CED junto con Google Art Project, este documental examina la mítica obra de Botticelli, El nacimiento de Venus. ¿Icono o cliché? A fuerza de verla reproducida hasta la saciedad apenas nos quedan ganas de volverla a ver. Pero tomemos el tiempo de mirarla de nuevo. Con tal alabanza de la belleza y de la gracia, la obra cambió radicalmente el pensamiento medieval que juzgaba la belleza sospechosa de pecado, hasta la llegada del hombre renacentista.
[:]El nuevo patronazgo que apoyaba el pensamiento de los poetas, deseaba poner imágenes a sus escritos al tiempo que satisfacía sus sentidos. Así, en Florencia, los versos de un Policiano alimentaban la imaginación de los pintores, y gracias a mecenas eruditos y refinados como los Médicis, convertirán todo ese maná poético en temas iconográficos. Banderas de torneo, cofres de boda (cassoni) y carros triunfales para los desfiles de carnaval, toda una serie de soportes y diferentes modos de expresión que vendrán a engrosar la producción artística profana para el deleite de un pueblo que salía de su aprendizaje contemplando retablos y frescos con afán moralizador. Por su regreso a la Antigüedad, el Renacimiento fue una época de reconciliación entre religión católica y dioses paganos, cuando sus muy sabios tratados de astrología desembocaban por ejemplo en un verdadero culto a Venus. Esta escena de Botticelli es típica pues del Renacimiento florentino, y su gusto por la alabanza de la vida y de los sentidos. Sin embargo, unos años más tarde, los pintores que contarán en el panorama artístico italiano van a romper definitivamente con el estilo todavía medieval por las proporciones de la diosa, tratando el cuerpo como un volumen con contornos más realistas (Rafael, Bellini, Giorgione o Tiziano) y las audacias del Nacimiento de Venus se convierten rápidamente en obsoletas.