María de Borgoña (1457-1482)
María, única heredera de Carlos el Temerario tenía sólo 20 años de edad a la trágica muerte de su padre en los alrededores de Nancy. Nacida el 13 de febrero de 1457 en el Palacio de Coudenberg de Bruselas, su abuelo, Felipe el Bueno tuvo tal decepción con el nacimiento de una niña que ni siquiera acudió a su bautismo. El padrino de Maria fue el futuro Luis XI, que entonces vivía en el exilio en Génappe cerca de Bruselas. Tras la muerte de Carlos el Temerario, Luis XI había castigado severamente a las ciudades que habían apoyado al duque.[:] La sucesión de Carlos el Temerario fue un fracaso parcial. Despreciando los derechos de María como única heredera del duque y ahijada suya, Luis XI, aunque fue derrotado en Guinegatte (1479) se apropió de la Picardía, del ducado de Borgoña, del ducado de Artois y del Franco Condado, adquisiciones que venían confirmadas por el Tratado de Arras (1482), pero no pudo evitar que el resto de los Países Bajos pasara a manos de Felipe, hijo de María y de Maximiliano de Austria: las posesiones de los Habsburgo se situaban en las fronteras más vulnerables del reino. Philippe de Commines corrige sólo parcialmente el retrato de Luis XI ya que reconoce grandes cualidades al rey, pero no oculta los defectos del monarca presentándolo como un personaje desacralizado, y lo describe de acuerdo con el nuevo modelo italiano de política de la época: maquiavélico antes que Maquiavelo, símbolo de los últimos vestigios del oscurantismo medieval.
María de Borgoña, 1490, Michael Pacher (Heinz Kisters Collection, Freuzlingen Checoslovaquia)
Disputa entre Luis XI y María de Borgoña, París 1480 (Tours, Biblioteca Municipal). María de Borgoña tiene las manos puestas sobre los escudos de Francia y Borgoña. El manuscrito lleva por título La defensa de los derechos de Luis XI sobre Borgoña y los condados de Maçon y Auxerre. Las filacterias llevan escrito el diálogo entre el rey y la duquesa.
Libro de Horas de María de Borgoña, frontispicio del libro, h. 1470, Maestro de María de Borgoña, 1470 (Viena, Biblioteca Nacional de Austria). Con un virtuosismo sin igual en el tratamiento de la perspectiva y la representación de la luz, esta miniatura presenta una ventana abierta con las características vidrieras en fondo de botella. Es muy probable que este Libro de horas se realizara en Gante, donde existía una activa y prestigiosa escuela de miniatura. Este miniaturista anónimo representa el doble espacio de intimidad de la escena evocada por la lectura: debajo de la ventana, el mundo real con el personaje de la duquesa, y más allá, la evocación de la iglesia. Libros de Horas y lecturas sagradas a menudo bellamente decoradas con miniaturas, fueron uno de los pocos tipos de obras de arte que podían ser encargadas por una mujer o destinadas a ella.
El emperador Maximiliano y Borgoña
Para Maximiliano, el ambicioso heredero de la Casa de Austria, el matrimonio con María de Borgoña, única heredera de los Estados borgoñones, el ducado más rico y poderoso de Europa, fue capital. Por este inteligente juego de alianzas, el futuro emperador añadía a sus propias posesiones otros territorios de gran peso político y económico. Además, los estados de Borgoña eran vistos como un centro de la cultura europea. Esta alianza con la Casa de Borgoña permitía así al imperio de los Habsburgo y a la Casa de Austria aumentar su prestigio en la escena internacional. Si Maximiliano era plenamente consciente de la importancia política de esta alianza dinástica, sin embargo no explotó demasiado el potencial artístico de sus dominios de Borgoña – cuando se lanzó después de 1500 a proyectos artísticos, confió la realización de sus ideas casi exclusivamente a artistas de habla alemana como Durero, Cranach o Altdorfer. Después de la prematura muerte de María en 1482, tuvo que luchar primero por la regencia hasta la mayoría de edad de su hijo Felipe y defender los intereses políticos de su familia. Como no residía de forma permanente en los Países Bajos, su autoridad sólo fue aceptada a regañadientes por los Estados Generales. De hecho Maximiliano fue siempre considerado un extraño en esa parte del Imperio.
Maximiliano I como Gran Maestre de la Orden del Toisón de Oro, miniatura del Libro de los estatutos de la Orden, Simon Bening y taller, (Viena, Biblioteca Nacional de Austria). En la única área artística donde Maximiliano recurría con frecuencia a la experiencia de los maestros flamencos era en las iluminaciones.
De esta unión nacieron dos hijos, Felipe llamado el Hermoso (1478) y Margarita (1480). Esta última se convirtió en regente de los Países Bajos a la muerte de su hermano Felipe y durante la minoría de edad de su sobrino Carlos, futuro emperador Carlos V. María de Borgoña murió a la edad de 25 años el 27 de marzo de 1482, a causa de una caída de caballo durante una cacería con halcón en compañía de su marido. Murió pocos días después de haber dictado con gran detalle sus últimas voluntades, siendo enterrada en la iglesia de Nuestra Señora de Brujas donde se conserva su magnífica tumba. Única heredera de su padre Carlos el Temerario, despojado de una parte de sus posesiones por Luis XI, fue protegida contra nuevos expolios por su esposo Maximiliano.
Felipe el Hermoso y Margarita de Austria, Pieter van Coninxloo (Londres, National Gallery)
Tumba de María de Borgoña (Brujas, Iglesia de Nuestra Señora)
Política matrimonial
Tras la muerte de su esposa María de Borgoña, Maximiliano con sólo veintitrés años se convirtió en regente de los Países Bajos durante la minoría de edad de su hijo Felipe llamado el Hermoso. Hijo del emperador Federico III, Maximiliano nació en 1459 y fue elegido rey de Alemania en 1486 por los príncipes alemanes y sucedió a su padre a la muerte de éste en 1493. Murió en Wells en 1515. Fue regente de los Países Bajos hasta 1495 y su hijo Felipe el Hermoso se hizo cargo del legado de su madre María. A diferencia de su padre la política que llevó a cabo Felipe, fue de amistad con Inglaterra y Francia. Por el Tratado de Senlis (1493) el rey Carlos VIII le devolvió el ducado de Artois, el Franco Condado y el condado de Charolais, y él cedió a Francia la Borgoña. Siguiendo la política matrimonial de su padre Maximiliano, Felipe se casó en 1496 con Juana de Aragón y Castilla, hija de los Reyes Católicos y madre del futuro emperador Carlos V.
El emperador Maximiliano y su familia, h. 1516, Bernhard Strigel (Viena, Kunsthistorisches Museum). Soberano del Sacro Imperio Romano, Maximiliano se representa con su familia: su primera esposa María de Borgoña, su hijo Felipe y sus dos hijos, Carlos (el futuro Carlos V) y Fernando, así como el hijo adoptivo del emperador, Luis, heredero del reino de Austria-Hungría.
En 1504, tras la muerte de Isabel la Católica, Juana fue nombrada reina de Castilla y su padre Fernando fue regente hasta su regreso de los Países Bajos a España en 1506. Juana que no estaba destinada a reinar, tuvo que hacerse cargo de aquella abrumadora herencia tras la muerte de su hermano. Como hija preferida de Fernando había sido educada lejos de las preocupaciones de este mundo. Durante su juventud, aparece como una persona inteligente, culta y de gran sensibilidad. No fue hasta su matrimonio con Felipe el Hermoso cuando aparecen los primeros síntomas de desequilibrio mental: muy bella, pero abandonada por su marido, hace muestra de celos patológicos y aparecen trastornos más graves. Su entorno aprovechó aquellos signos de desequilibrio mental para apartarla del poder. Felipe el Hermoso se convirtió en el verdadero amo del legado español, pero su origen le valió gran impopularidad. Tras su prematura muerte en España (sólo tenía 28 años), fue su suegro el rey Fernando quien volvió a tomar las riendas del poder, declarando a Juana no apta. El gobierno flamenco fue a parar a manos de su hijo Carlos V de sólo seis años, siendo su abuelo Maximiliano quien se hizo cargo de la regencia.
Juana de Aragón y Castilla, 1500, Juan de Flandes, (Viena, Kunsthistorisches Museum). Juana I, llamada Juana la Loca, fue reina de Castilla (1504-1555) y reina de Aragón (1516-1555), uniendo definitivamente bajo un mismo cetro todos los territorios españoles a partir del 25 de enero de 1516. De la dinastía de los Trastamara, Juana fue el tercer hijo de los Reyes Católicos Fernando II de Aragón (1452-1516) e Isabel I de Castilla (1451-1504). En realidad nunca llegó a reinar.
El emperador Maximiliano I envió al pintor Juan de Flandes – tal vez un antiguo aprendiz Memling llamado Annékin Verhanneman? – a España para hacer un retrato de Juana la Loca y de Juan de Aragón, quienes en 1496 celebraron una histórico doble matrimonio con Felipe de Borgoña y Margarita de Austria. Durante su estancia en España, Juan de Flandes causó tal impresión a Isabel de Castilla que lo nombró primer pintor de la corte aquel mismo año, después de Antonio Inglés y Michael Sittow, originarios respectivamente de Inglaterra y de Reval (Tallin), pero éste último formado en Brujas y tercer pintor del norte de Europa en la corte de Castilla.
Adoración de los Reyes Magos (Retablo de Cervera), detalle, h. 1496, Juan de Flandes (Cervera de Pisuerga, Iglesia de Santa María del Castillo, Capilla de Santa Ana). En la figura que sostiene un cetro de cristal, al lado del rey Baltasar, se puede reconocer un retrato del rey Fernando de Aragón; el mago Gaspar arrodillado representa al emperador Maximiliano I de Habsburgo. El joven de perfil que lleva un mono en el hombro junto al rey Fernando, podría ser el retrato del Infante Don Juan. Hay una clara alusión al deseo de los reyes de convertir a los moros. En la figura de Baltasar destaca particularmente el magnífico collar del Toisón de Oro. Como si se hubiera convertido religiosa y políticamente, el rey negro es el ejemplo a seguir: se trata del más espléndido de los tres adoradores y único personaje que se muestra de cara.
Presunto retrato de Isabel la Católica, detalle del retablo Sagrada Familia con Santa Magdalena y Santa Catalina de Alejandría, Escuela flamenca, 1520 (Zamora, Colegiata de Santa María la Mayor)
Felipe el Hermoso y Juana de Aragón y Castilla, detalle, 1505, Maestro de la Leyenda de San José (Bruselas, Museos Reales de Bellas Artes). Felipe el Hermoso se ha representado con el collar del Toisón de Oro, llevando en la mano la espada de la justicia y la corona y manto real. Su armadura está decorada con las armas de Castilla y Aragón, Borgoña y Austria. Su esposa Juana viste lujosamente en brocado de oro y lleva el manto real con el mismo escudo de armas. Los dos soberanos se muestran en los jardines del palacio de Coudemberg (hoy destruido) en Bruselas, lugar de residencia de los duques de Borgoña, y más concretamente en la zona donde se celebraban los torneos. En la parte inferior, se puede ver parte de la muralla que rodeaba la ciudad. El pintor es conocido como «Maestro de la Leyenda de San José» y sabemos que fue admitido en el Gremio de los pintores de Amberes en 1493. Recibió diversos encargos de la corte, especialmente obras de decoración y acompañó en varias ocasiones a Felipe y Juana en sus viajes por España.
Margarita de Austria y la herencia borgoñona
Cuando Felipe el Hermoso murió prematuramente el 25 de septiembre de 1506, Margarita era el único descendiente directo de la dinastía de Borgoña con edad suficiente para reinar. Carlos, el hijo mayor de Felipe y Juana, sólo tenía seis años de edad. A los ojos de la población de los Países Bajos, Margarita era la hija de María de Borgoña, es decir, una «princesa natural.» A diferencia de Maximiliano, se la aceptó sin dudarlo como regente de los Países Bajos borgoñones. Estas circunstancias le permitieron construir en Malinas su magnífica residencia, donde administró su reino desde 1506 hasta su muerte en 1530. Las ricas colecciones de arte y la voluminosa biblioteca de Margarita atestiguan el compromiso de aquella regente con el arte y la cultura de los Países Bajos y el papel esencial que asumió en su identidad de princesa de Borgoña. Su nacimiento la convirtió en un vínculo natural entre la Casa de Austria y la de Borgoña. Por su primer matrimonio con Juan de Castilla (1478-1497), estaba – al igual que su difunto hermano – estrechamente vinculada a la dinastía española. El reino español fue adquiriendo cada vez más importancia para los Habsburgo y a la muerte de Fernando de Aragón (1452-1516), pasó a manos de su nieto Carlos y sobrino de Margarita. No es de extrañar, por tanto, que la colección de Margarita haya incluido muchos objetos valiosos viniendo de España, ya fueran objetos españoles u obras ejecutadas en la corte española por artistas flamencos o alemanes. Después de la muerte de Juan, heredero de la corona española, Margarita regresó a los Países Bajos en 1499 y aprovechó este período oscuro para dar lustre a la corte mediante el cultivo de sus artes favoritas, como un magnífico manuscrito que contiene 58 melodías para bailes de la época. Un nuevo matrimonio fue entonces acordado para Margarita. El 4 de diciembre de 1501 se casó con Filiberto II de Saboya, añadiendo a los títulos que ya llevaba el de duquesa de Saboya que conservó hasta su muerte. Maximiliano, como regente tras la muerte de su hijo Felipe y la minoría de su nieto Carlos, nombró a su hija Margarita gobernadora general de los Países Bajos, cargo que mantuvo hasta 1515; Carlos, de quince años de edad, fue declarado mayor de edad a petición de los Estados Generales.
Retrato de Margarita de Austria, 1490, Jean Hey (Maestro de Moulins?) (Nueva York, Metropolitan Museum). Margarita hija de María de Borgoña y de Maximiliano de Habsburgo, conoció un destino extraordinario. Prometida al delfín de Francia, el futuro Carlos VIII, fue educada desde los dos años de edad en Amboise y Plessis-les-Tours, donde residía la corte francesa. Su esmerada educación le permitió manifestar muy pronto su amor por la poesía, la música y la danza. En este retrato de Jean Hey (Maestro de Moulins), que probablemente formaba parte de un díptico de devoción privada, la princesa aparece en una habitación ubicada en una torre con una apertura sobre un vasto paisaje montañoso. En sus manos sostiene un rosario de perlas, símbolo de su fe, mientras que las perlas hacen alusión a su nombre, «margarita», que significa «perla» en latín. El tocado bordado con hilos de oro, el vestido de terciopelo rojo con puños de armiño, la cadena de oro con las iniciales C y M (Carlos y Margarita) y la hermosa flor de lis con piedras preciosas, figura en el inventario de la princesa realizado en 1493 y probablemente eran regalos de pedida que le había hecho Carlos VIII.
Las colecciones de Margarita de Austria contenían algunas de las obras más importantes de la pintura primitiva flamenca, obras que había heredado o comprado. Sabemos que la regenta tenía, por ejemplo, varias pinturas de Jan van Eyck y de Rogier van der Weyden, quienes habían trabajado para Felipe el Bueno. Van Eyck, que en 1500 ya era famoso y apreciado en toda Europa fue el pintor de la corte del tatarabuelo de Margarita. Poseía de ese pintor el Retrato de los esposos Arnolfini (ofrecido por Diego de Guevara, un funcionario de origen español al servicio de la casa de Habsburgo) y La Virgen de la Fuente. Sus pintores de la corte, originarios de los Países Bajos, Bernard van Orley, Gerard Horenbout y Jan Vermeyen, le proporcionaron numerosos cuadros para complementar su colección de retratos.
La Virgen de la fuente, 1439, Jan van Eyck (Amberes, Koninklijk Museum)