Un pintor de cualquier lugar
Peter Doig nació en Edimburgo en 1959, hijo de Mary y David Doig. A los dos años, su familia se trasladó a Trinidad, donde nacieron sus hermanos Andrew y Sophie. A los siete años, la familia se trasladó a Montreal, Canadá, debido al trabajo de su padre en la marina. A los 12 años, fue enviado a un internado escocés con el dinero que le dejó una tía abuela, pero al cabo de tres años sus padres le dejaron volver a casa. Su madre temía que lo expulsaran; era «un espíritu libre y aventurero», según sus palabras. La familia se trasladó a Toronto, donde Doig tenía dificultades en la escuela, prefiriendo pasar el tiempo con sus amigos, escuchando música, fumando hierba o tomando LSD. Este periodo de transición le privó de un sentimiento de pertenencia, que continuó durante toda la edad adulta. Nunca vivía en una casa más de tres meses seguidos: «Es todo lo que conocía y por eso no pertenezco a ningún sitio. Y, sin embargo, de alguna manera me siento escocés. Tal vez sea porque de niño visitaba a mis abuelos todos los veranos, pero soy consciente de mis orígenes escoceses, aunque sería una exageración decir que soy un pintor escocés. O, de hecho, un pintor de cualquier lugar».
Artista escocés famoso por su arte figurativo y sus técnicas de realismo mágico, es en la vena del realismo mágico donde se inscribe la mayor parte de la obra de Doig. El diseñador inglés Kim Jones tiene razón cuando escribe: «Doig es sin duda una ‘joya’ y sus cuadros brillan como joyas ocultas. No son llamativos ni ostentosos, pero contienen un impacto emocional tan poderoso que resulta difícil de creer».
Primeros años y formación
A los 17 años, Doig abandonó los estudios para trabajar en diversos empleos. No fue hasta que se encontró solo y aburrido, trabajando como obrero en una plataforma de gas, cuando Doig cogió por primera vez un cuaderno de dibujo. No tenía talento natural para el dibujo, pero decidió dedicarse a la pintura. En 1979, viajó a Londres para asistir a una escuela de arte. Se matriculó en un curso básico en el Wimbledon College, donde conoció a Bonnie Kennedy, que más tarde se convertiría en su esposa. Al año siguiente, se matriculó en St Martin’s School, pero se vio frenado por su falta de habilidad para el dibujo. Cuenta que uno de sus profesores mostró un dibujo al natural de Doig y dijo que era el peor que había visto nunca. Doig aprendió a sortear este problema tomando fotografías y proyectándolas sobre un lienzo para pintar encima.
En Londres, Doig vivía en King’s Cross, que en aquel momento describía como «un lugar loco y rudo, lleno de bichos raros y artistas». Doig se sentía a gusto en el ambiente local y empezó a relacionarse con músicos y diseñadores de moda. Decía que en la universidad «había encontrado su camino». Fue entonces cuando comenzó su carrera artística pintando escenas urbanas, de las que comentaba que «se trataba menos de hacer cuadros que de hacer imágenes».
Tras graduarse, Doig regresó a Montreal, donde su esposa, Bonnie Kennedy, había recibido una oferta de trabajo en la empresa de moda Le Château. Se casaron en 1987, y Doig encontró trabajo como diseñador de decorados para películas, pero se sintiéndose aislado de la comunidad londinense, a los 31 años regresó a Londres para matricularse en un curso de maestría en la prestigiosa Chelsea School of Art, donde descubre una industria en plena mutación con la llegada del grupo Young British Artists. Allí conoce al que será su amigo de toda la vida, Chris Ofili, que se convertiría en el primer ganador de color del prestigioso Turner Prize. Les uniría su amor por la pintura, Trinidad y la música. En 1990, la carrera de Doig empieza a dar un giro cuando gana el Whitechapel Artist Prize y, tres años más tarde, el John Moores Painting Prize. En 1992, nace su primera hija, Celeste, y dos años más tarde Simone. Doig fue finalista del Turner Prize en 1994. La obra Charley’s Space, iniciada en su último año de estudios en la Chelsea School of Art, marca el comienzo del motivo de las escenas de nieve que dominará gran parte de su obra.
Milky Way
La obra onírica Milky Way (Vía Láctea) de 1990, remite a La noche estrellada de Vincent van Gogh, pintada un siglo antes. Se trata de una alucinación visual y emotiva de la vista de Van Gogh desde la ventana de su habitación en el sanatorio de Saint-Paul-De-Mausole. La obra también hace referencia a una serie de elementos del siglo XX, con sus ecos de la literatura y el cine contemporáneos combinados con la propia experiencia e imaginación del artista. Doig afirma: «La arboleda es una mezcla de lo que podía ver desde mi lugar de trabajo en el granero de mis padres y otros bocetos que hice de pinos de aspecto nórdico y árboles moribundos. La idea era que los árboles estuvieran iluminados por la luz de la ciudad o por luz artificial vista desde lejos -acababa de leer White Noise (1985), de Don Delillo, que también influyó en la luz». La chica tumbada en la canoa hace referencia a la escena final de la película de terror Viernes 13 (1980), de Sean S. Cunningham, en la que una joven protagonista exhausta, se embarca y luego se queda dormida en una canoa en un enorme lago vacío. Esta siniestra canoa marca el inicio de un motivo que aparecerá una y otra vez a lo largo de su obra. Este modo de combinar realidad, recuerdos, ficciones e imágenes de películas y fotografías se ha convertido en la marca de Doig y señala una audaz integración del pastiche posmoderno y las sensibilidades del collage con la pintura tradicional y los puntos de referencia históricos.
Echo Lake
En el cuadro Echo Lake, en medio de un paisaje surrealista hay un coche de policía, mientras un agente se acerca al lago estrellado en primer plano, siendo su reflejo visible en la parte de abajo. Mira hacia el espectador, con las manos en alto, como protegiéndose los ojos para ver en la oscuridad. Tiene la boca abierta como si estuviera llamando. Un bosque inquietante absorbe la luz, y las bandas horizontales de color en el centro de la obra, son turbias y oscuras, mientras que el verde de los árboles de detrás es fantasmagórico. La oscuridad de la obra, la pose de la figura y el inquietante fondo recuerdan a Cenizas (1894), de Edvard Munch, pintada más de 100 años antes. Doig dijo: «Me fijé en el colorido y la expresión. También pensé que miraba hacia un lago. En mi cuadro, un policía mira a través del lago al espectador, el voceador. Me inspiré directamente en Munch».
Periodo de madurez
En 2002, la familia Doig – que ahora incluye dos hijas más, Eva y Alice – se traslada a Trinidad, lo que provoca comparaciones con el pintor Paul Gauguin, que había dejado Francia para instalarse en Tahití. Nace su hijo, August, y tres años después su amigo Chris Ofili se traslada a la isla. En 2007, Doig se convierte en el artista vivo más caro de Europa cuando su cuadro White Canoe (1990-91) se vende en una subasta por la cifra récord de 7,5 millones de dólares. Mantuvo este récord hasta la venta de Big Sue, de Lucien Freud. Aunque esta venta catapulta a Doig al estatus de celebridad, ello le preocupa. Según él, era un síntoma de un mercado del arte enloquecido. «Me sorprendió mucho que alguien pagara tanto», dice, «pero también me impresionó la presión que eso suponía para mí. Entrar en el estudio y pensar que harás un cuadro con el que vas a ganar un millón o cien mil dólares, resulta inquietante».
En la última década, Doig se ha tenido que enfrentar a dificultades personales. En 2012, terminó su matrimonio de 24 años con Bonnie Kennedy. Su padre, al que estaba muy unido, murió, y Doig fue llevado a los tribunales por un cuadro que se le había atribuido falsamente, – un juicio complicado y prolongado que le mantuvo alejado de su taller durante meses. Tuvo que demostrar ante el tribunal que no era el artista que había detrás de un extraño paisaje desértico firmado «1976 Pete Doige». El caso tardó cuatro años en resolverse, y toda su familia se vio implicada antes de que se demostrara que Doig no tenía nada que ver con la obra.
En 2015 tuvo otra hija, Echo, con la conservadora de museos Parinaz Mogadassi. Actualmente vive en Trinidad, donde lleva una vida sencilla y sana. Pasa el tiempo trabajando solo en su estudio y, para relajarse, practica kayak, natación, hockey sobre hielo y esquí. Junto con su amigo Ofili, ha creado un cineclub que se reúne todos los jueves por la tarde en una gran sala contigua a su estudio.