La pintura como teatro de la memoria
Paula Rego nació en Lisboa en 1935. Hija única, su familia gozaba de una situación acomodada y pudo recibir una esmerada educación. Su padre llegaría a ser ingeniero eléctrico de la empresa británica Marconi, pero cuando Paula nació aún era estudiante. En 1936 decidió terminar sus estudios en Inglaterra y se trasladó allí con su esposa. Los padres dejaron a la niña al cuidado de sus abuelos y de su bisabuelo, que era sacerdote. Regresaron a Portugal cuando Paula tenía tres años y se instalaron en Estoril. Paula asistía a la escuela y también era educada en casa, con una institutriz que le enseñaba inglés. A Paula Rego, le gustaba contar que su padre le hacía leer La Divina Comedia de Dante, ilustrada por Gustave Doré. Era una ávida lectora de los clásicos de la literatura infantil inglesa, entre ellos Peter Pan, de J.M. Barrie; Alicia en el País de las Maravillas, cuyas ilustraciones de John Tenniel para Lewis Caroll conocía; las novelas de la condesa de Ségur, Pinocho. A los diez años ingresó en una escuela inglesa en Portugal, el Colegio San Julián de Carcavelos, donde permaneció de 1945 a 1951.
Durante la infancia de Rego, Portugal estuvo gobernado por el régimen fascista del Estado Novo. Tras un golpe militar en 1929, el dictador Antonio de Oliveira Salazar tomó el poder que conservó durante casi 30 años. Así, aunque su vida familiar seguía siendo cómoda, el régimen represivo aumentaba la ansiedad general y también la de Rego; desde niña utilizó el arte como medio para crear orden y escapar de sus miedos. Su familia liberal se oponía a las limitaciones de la vida en Portugal en esa época y envió a Rego a un colegio de Kent, Reino Unido, cuando tenía 16 años.
Paula Rego representa la guerra, el caos y el comportamiento humano grotesco, como los artistas del movimiento de la Nueva Objetividad, entre ellos Otto Dix y George Grosz. En La hija del policía, una joven está sentada en una silla lustrando una bota marrón. La bota parece formar parte del uniforme de la policía militar del Portugal de Salazar. Aquí, los límites del espacio interior son especialmente surrealistas. La perspectiva estrecha e inclinada da al espectador una sensación de claustrofobia y recuerda las obras de Giorgio de Chirico y de René Magritte. Durante su régimen autoritario, Salazar mantuvo el control del país mediante el uso de la policía secreta, así como de informadores policiales. Los ciudadanos portugueses vivían con el temor de que sus amigos o vecinos les denunciaran por actos de disidencia y de que fueran detenidos.
Entre 1952 y 1956, Rego estudió en la Slade School of Fine Art, donde entabló amistad con Diana Cumming y Michael Andrews. En el Slade, Rego conoció a otro estudiante y artista, Victor Willing, que entonces estaba casado con su novia de toda la vida, Hazel Whittington. Pero él y Rego se enamoraron rápida y profundamente y comenzaron un romance. En 1956, Paula se quedó embarazada de su primer hijo. Al principio, Willing volvió con su mujer, dejando a Rego sola y buscando la ayuda de sus padres. Pero al cabo de unos meses, Willing decidió irse a Portugal para reunirse con Rego. Se casaron en 1959, tuvieron dos hijos más y vivieron siete años en Ericeria (Portugal). Rego recuerda este periodo como un periodo dominado por la depresión, y afirma en una entrevista: «Me derrumbé y entré en una terrible depresión. No podía seguir cumpliendo las normas; tenía que salirme de ellas».
El baile
Aunque se titula El baile, este cuadro, realizado en 1988, es mucho más que un simple acto de celebración. Rego representa dos parejas de bailarines, un trío y una figura sola mucho más grande en un lateral. Para los dos retratos masculinos, se basa en una fotografía de su marido Victor y hace posar a su hijo Nick. Estas personas no parecen estar en la misma fiesta, ni bailando la misma música. Las parejas parecen estar abrazadas, especialmente la del centro, que baila muy unida. El trío de bailarines representa una ilustración profunda del paso del tiempo; una abuela, una madre y una hija se mueven juntas con gracia a través del ciclo de la vida. De hecho, se puede establecer una comparación entre este cuadro y La danza de la vida, de Edvard Munch, de 1899. Al igual que el pintor noruego, Rego se interesa por cómo cambia el comportamiento humano cuando uno está solo, en pareja o en grupo. También comparte con Munch el interés por el paso de la inocencia a la experiencia y, en este caso, por la escenificación de la noche como tiempo de sueños inconscientes. Rego también se interesa por los dibujos de Polichinela de Giandomenico Tiepolo. El fuerte militar nocturno recuerda el pueblo de su infancia en Portugal y es un símbolo de la política autoritaria que ha denunciado a menudo.
Paula Rego y el London Group
En 1962, el padre de Rego compró una casa para su hija y su familia en Londres, y a partir de entonces la artista comenzó a desplazarse entre Portugal y el nuevo hogar familiar. Durante su estancia en Londres, Rego comenzó a exponer su obra como parte del London Group, una organización independiente formada mucho antes, en 1913. Este grupo, dirigido y organizado por artistas, era totalmente democrático y apolítico, y su objetivo era ofrecer apoyo práctico a los artistas en activo en cuestiones prácticas, como conseguir exposiciones. En aquella época, era la única artista femenina que exponía cuadros junto a David Hockney y Frank Auerbach. En 1965, Rego participó en una exposición colectiva en el Institute of Contemporary Arts de Londres (ICA), titulada Six Artists, y ese mismo año celebró su primera exposición individual en Lisboa, en la Sociedade Nacional de Belas Artes. Estas dos exposiciones consagraron a Rego como artista político y subversivo, y también demostraron la influencia en su obra del surrealismo y, por recurrir a menudo a su forma metafórica de representar la realidad, su obra establece estrechos vínculos con el realismo mágico. El London Group no debe confundirse con La Escuela de Londres (The School of London), término artístico utilizado para describir a un grupo de artistas figurativos que vivían y trabajaban en Londres en la década de 1970, como Lucian Freud y Francis Bacon. Aunque Rego no formaba parte oficialmente de este último movimiento, se dedicaba, como otros miembros, a hacer visible lo más oscuro y profundo de la psicología individual.
Deberes conyugales y modelos vivos
El año 1966 fue un año difícil para Rego y Willing: el padre de ambos había fallecido y a Willing le habían diagnosticado esclerosis múltiple. Más adelante, en la década de 1980, Rego empezó a trabajar regularmente con modelos vivos, en particular con Lila Nuñes, con la que trabajó de forma asidua y a la que utilizaba como figura sustituta de su propio yo. Nuñes llegó a la vida de Rego como enfermera en 1985 para ayudar a cuidar a su marido, Willing, en los últimos años de su vida. Tras muchos años de lucha contra la enfermedad, Willing murió en 1988. Nuñes permaneció junto a Rego como amiga, compañera artística y modelo principal. El cuadro La Familia presenta a mujeres de diferentes edades vistiendo a un hombre reducido al estado de marioneta. El primer título del cuadro que fue La resurrección de Lázaro, Rego parece esperar un milagro para salvar a Víctor, algo que la niña que está de pie frente a la ventana rogando con las manos juntas intenta conseguir, pero en vano. En Gepetto lavando a Pinocho (ver más arriba), el fondo oscuro de la escena y el juego de sombras sugieren una pietà, haciéndose eco de las obras de José de Ribera, uno de los pintores favoritos de Victor Willing.
Aunque Rego residía en Londres, seguía estando fuertemente influida por la política, la cultura y el folclore portugueses: para Rego, el folclore tradicional no era su aspecto remilgado que podría parecer, sino una colección de historias aterradoras y terribles que ayudan a sacar a la luz deseos inconscientes y maldades compartidas. Se convirtió en la primera artista asociada de la National Gallery de Londres (1989-1991), un programa de artistas residentes que le permitió realizar trabajos en colaboración y apoyo de la institución. En esta época, creó una serie de pinturas y grabados basados en canciones infantiles, uno de sus temas favoritos de toda la vida. Para entonces, Rego ya era una figura pública por derecho propio en la vida cultural británica, aunque su obra seguía íntimamente ligada a la política y la mitología portuguesas.
La literatura para exorcizar el miedo
Rego se refería a menudo a la influencia de la literatura en su obra, a través de derivaciones narrativas que tomaba libremente y que a menudo asociaba con recuerdos personales (Jean Genet, José Maria Eça de Queirós, Franz Kafka, Honoré de Balzac, Hans Christian Andersen, Charlotte Brontë). La litografía Come to Me pertenece a una serie realizada para la novela de Charlotte Brontë Jane Eyre (1847), que cuenta la historia de Bertha Mason, la loca encerrada por su marido Rochester. En el cuadro, Rego parece intentar representar el momento en que Jane Eyre se encuentra en la espantosa «habitación roja»: percibimos el profundo miedo que siente en ese instante, en el extraño fondo rojo que ofrece un chocante contraste con su vestido oscuro. Las facciones de Jane Eyre se contraen y sus manos se aferran a su ropa. Pero, sorprendentemente, no hay nada en esta imagen que sea particularmente aterrador en sí mismo: se podría decir que el miedo no está ahí. Quizá Eyre, como Rego, se sienta profundamente atemorizada por la noción abstracta del miedo en sí. Curiosamente, la obra es la continuación de una serie de dibujos realizados por la artista en 2007 que tratan específicamente de la depresión. En estos dibujos también aparece una figura femenina grande y pesada. Tanto la mujer de Come to me como las otras mujeres de la serie qui hizo sobre la depresión, recuerdan la figura de Melancolía del famoso grabado de Alberto Durero de 1514 sobre el tema.
En la novela de Brontë hay dos mujeres con infancias infelices, destinos trágicos y naturalezas apasionadas, pero una sale adelante por voluntad propia y la otra enloquece. Rego decía «que estas imágenes tratan de estas dos mujeres y las dos mujeres están interpretadas por la misma modelo». Según la escritora y crítica Marina Warner, Rego explora en esta serie «las condiciones de su propia crianza, su formación como niña y como mujer, y la oscilación entre las sofocantes expectativas sociales y las liberadoras estratagemas femeninas».
Paula Rego prosigue su exploración de la literatura decimonónica con el cuento de Balzac La obra maestra desconocida, del que realizó una serie en 2011. Balzac sitúa la acción en 1612 y propone una reflexión sobre un tema filosófico enunciado por el viejo maestro Frenhofer al principio del texto: «¡La misión del arte no es copiar la naturaleza, sino expresarla!» La reflexión de Balzac sobre la relación entre modelo y artista se une a las inquietudes de Rego, que desde finales de los años ochenta trabajaba a partir de una modelo, posando para familiares y amigos. Rego ha transformado a los cuatro pintores masculinos de la historia en cuatro artistas femeninas trabajando, dos de las cuales se autorretratan, eliminando el papel de musa pasiva que se les suele atribuir.
La obra de Rego es una inspiración para todos los artistas jóvenes, por su minuciosidad y rigor a la hora de combinar muchas influencias y estilos diferentes. Esta artista que nos ha dejado recientement (8 de junio de 1922), asimiló y aprendió con éxito de los maestros antiguos, del surrealismo, la literatura, los cuentos infantiles y el folclore, demostrando así que la obra de un artista siempre se realiza en profunda conversación con la cultura en la que está inmersa. Sugiere firmemente que el arte y la vida están íntimamente relacionados.