Hiperrealismo y fotorrealismo
El hiperrealismo es una tendencia radical de la pintura y escultura que nace en Estados Unidos a finales de los años 1960 tras el pop art y luego se extiende por toda Europa; los hiperrealistas rechazan cualquier interpretación de la realidad de la que proponen una reproducción mecánica.
El nombre de hiperrealismo utiliza diversas variantes: la exposición organizada en 1968 en la Vassar College Art Gallery en Poughkeepsie llevaba por título Realism Now, la de la Sidney Janis Gallery de Nueva York en 1972, Sharp Focus Realism; pero también Photo-Realism o Super-Realism… Esta tendencia tiene sus raíces en la técnica y la cultura contemporáneas, incluso se podría relacionar con el realismo de la tradición americana del siglo XIX (W. Harnett, J.F. Peto) y el precisionismo de los años 1920. El punto de partida de los hiperrealistas es casi siempre, en el caso de la pintura, un original fotográfico muy ampliado como los que utiliza Chuck Close, Richard Estes, Ralph Goings. Mientras que en la escultura consiste en diversas capas moldeadas sobre personas vivas (Duane Hanson, John De Andrea). A diferencia del pop art, su predecesor cultural directo, el hiperrealismo evita toda intensificación satírica y sociológica para desarrollar una ilusión mimética a menudo casi rozando el virtuosismo.
Este cuadro fue pintado cuando el hiperrealismo estaba en pleno apogeo. Mientras nuestra mirada recorre el espacio y contempla la ciudad como si fuera la primera vez, captura al mismo tiempo la compleja estructuración de la superficie pintada.
El fotorrealismo surgió a finales de 1960 para contrarrestar el dominio de la pintura abstracta. Basadas siempre en fotografías, las pinturas fotorrealistas parecen casi inverosímiles a causa de su realismo, reproduciendo incluso las distorsiones de la cámara. Más que un retorno a la representación pura, el fotorrealismo marca un interés por la mediación de la realidad a través de la tecnología.
Los escultores que trabajan en un estilo hiperrealista requieren la presencia de modelos al natural para su obra, como De Andrea, que representa a sus amigos en situaciones muy íntimas, o los personajes de Hanson, cuyos rostros y cuerpos, silenciosos, inmóviles, contienen toda la historia de sus vidas. La realidad psicológica se pone de relieve a través de la presencia física de la escultura. Para Hanson, el arte es a la vez un producto estético y un documento.
Richard Estes y los barrios de Nueva York
Pintor hiperrealista o fotorrealista, Richard Estes (Keewane, Illinois 1936), había utilizado la fotografía en su trabajo como ilustrador, pintando a partir de fotografías de vistas de barrios desheredados de Nueva York. Sin embargo, lejos de mostrarse indiferente a la superficie pintada, trataba de lograr una belleza similar a la de la pintura tradicional. Su obra presenta cierto parecido con el pop art, pero el hiperrealismo sustituye el aspecto perfecto y comercial del pop art por el aspecto real y material de lo cotidiano. Las vistas de Nueva York pintadas por Estes contrastan de forma sorprendente con las de George Bellows, pintor del realismo americano de principios de siglo, en el que la técnica impresionista sugiere la participación en la escena representada.
Los temas de Estes se refieren a la vida urbana pero hace desaparecer cualquier presencia humana. Utiliza las fotografías para obtener información y luego organiza el asunto en función del lienzo que se dispone a pintar. Sin embargo, su planteamiento sigue siendo muy pictórico. Las descripciones de las calles de la ciudad que nos propone Estes, bien que intensamente ilusionistas, mantienen nuestra atención en la superficie evitándonos de este modo la sensación de estar allí.
Las simplificaciones pictóricas de Fairfield Porter (Illinois 1907 – Nueva York, 1975), que adopta el punto de vista del peatón, contrastan con las pinturas de Richard Estes. Pinta la ciudad de Nueva York a una escala mayor que el segundo, pero el resultado es un efecto menos alienante, en la medida en que crea un espacio que acoge a la luz.
Chuck Close y los rostros perdidos
Nacido en Monroe, Washington en 1940, Chuck Close estudia en la Universidad de Washington (1958-1962), en la Universidad de Yale en New Haven (1964-1965), en la Academia de Bellas Artes de Viena y en 1967 es profesor adjunto de la Escuela de Artes Visuales de Nueva York y en la Universidad de Nueva York. A partir de 1970 realiza pinturas en color y en blanco y negro, superponiendo capas de colores primarios para imitar las técnicas de la impresión de anuncios. A partir de 1979, pinta sobre fotografías polaroid ampliadas y manipuladas y, más tarde, utiliza collages de papier maché en imágenes para el cine. Es uno de los más destacados representantes del hiperrealismo y del fotorrealismo estadounidense. Utiliza fotografías de pasaporte hechas por él mismo como material de demostración para sus retratos a tamaño real.
Este autorretrato, el primero que realizó Chuck Close, se inspira en una fotografía que, de modo muy característico, tiene una profundidad de campo muy baja y que el pintor ha reproducido en una tela de grandes dimensiones. Delante de un cuadro de Close, a menudo se siente la necesidad de escudriñar la superficie, para tratar de comprender cómo ha transcrito la foto sobre el lienzo. Aquí, el aspecto pintado de forma deliberada de algunos detalles (como las gafas) es más aparente de lo que será en los años 70.
En los años 70, después de haber dominado todos los aspectos del ilusionismo, Close empezó a reconstruirlo. La obra Keith (1972) mantiene la exactitud de sus primeras obras, pero también contiene trazas visibles de su proceso de trabajo. La malla que sirve como punto de referencia y le permite colocar pequeños fragmentos fotográficos permanece visible. Es en esta etapa de la carrera de Close que se opera un desplazamiento de su interés por el resultado hacia el proceso. Más recientemente, algunas obras como Lyle (2003) explotan aún más esa técnica: las unidades de la malla no forman una sola imagen, a no ser que se observe la obra a una cierta distancia. La tela parece brillar y cambiar de apariencia a medida que el espectador se va desplazando. Es como ver la cara del hombre a través de un cristal opaco.
Vija Celmins
Vija Celmins (nacida en 1939) de la misma generación que Close también comenzó su carrera en la abstracción, su enfoque – acercar lo que está lejos y detener lo que se aleja – está marcado por una innegable sugestión emocional. En sus primeras obras, representaba los objetos de su entorno inmediato y recreaba otros a partir de recuerdos de su infancia en Lituania. La superficie del mar es uno de los temas favoritos de Vija Celmins desde sus primeros dibujos en los años 70, a partir de fotografías del Océano Pacífico. Utiliza una cámara de fotos para reducir la superficie del mar hasta convertirla en « un objeto que se pueda recorrer con la mirada », interpretando esta exploración con los movimientos de la mano que pinta sobre la tela.
Los objetos de Celmins dan la impresión de estar casi vivos, al igual que las cosas familiares que habitan el universo infantil.