El Museo de Luxemburgo presenta la exposición Tintoretto: El nacimiento de un genio para conmemorar el 500 aniversario del nacimiento de Jacopo Robusti, llamado Tintoretto. El Wallraf-Richartz-Museum & Fondation Corboud y RMN – Grand Palais se han unido para celebrar a este pintor, uno de los más fascinantes del Renacimiento veneciano. La exposición se centrará en los primeros quince años de su carrera destacando sus «obras juveniles», desde la más antigua conservada de su mano, La Adoración de los Magos del Prado, realizada cuando aun no tenía veinte años, hasta los encargos importantes de principios de la década de 1550 que contribuyeron a colocarlo en primera línea del panorama artístico: El Pecado original para una hermandad (una de las famosas scuole de Venecia) o La princesa, san Jorge y san Luis para la sede social de una administración veneciana, cerca del Rialto. Si esta fase de la vida de Tintoretto, que ha dado lugar a muchos debates, es menos conocida, también es un período decisivo para comprender cómo se lleva a cabo. La exposición recorre los comienzos de un joven ambicioso, conocedor de la tradición veneciana, pero abierto a las diversas ideas y formas artísticas que llegaban del resto de Italia, decidido a renovar la pintura en esta cosmopolita Venecia del siglo XVI, que buscaba darle al mundo una nueva imagen de sí misma. Pintura religiosa o profana, decoración de techos o tabla pequeña ejecutada de forma rápida, retrato de un personaje influyente o de un amigo cercano, dibujo o croquis… las obras expuestas reflejan la diversidad de la obra de Tintoretto, su rica cultura visual e intelectual, y su voluntad de sorprender visualmente y emocionalmente con su audacia.
La exposición presenta un recorrido temático que ayuda a poner de relieve las características de estos primeros años de actividad: 1- Emprender el vuelo, 2- Decorar salones, 3- Capturar la mirada, 4- Compartir el taller, 5- Poner en escena, 6- Observar la escultura, 7- Pintar a la mujer. La exposición destaca las estrategias que utiliza Tintoretto para darse a conocer y atraer a una clientela veneciana cultivada e influyente, capaz de proporcionarle importantes encargos. Ella explora sus métodos de trabajo y su colaboración con otro artista, Giovanni Galizzi. Pero la exposición también disecciona el proceso creativo de Tintoretto al mostrar el papel central que juega la emulación con otras artes. Varias de sus composiciones que representan edificios en perspectiva dispuestos como un escenario, dan fe de su conocimiento de la arquitectura de vanguardia, y también de sus conexiones con el mundo del teatro. El artista también colecciona esculturas famosas de dimensiones reducidas, tanto antiguas como modernas, las dibuja incansablemente bajo diferentes ángulos y multiplica las citas en sus propias pinturas.
La exposición pone de relieve la imaginación desbordante, el eclecticismo, pero también las exploraciones de un joven artista en busca de su identidad. Es una oportunidad para hacer un balance de un período controvertido de su vida, con el fin de refinar el conocimiento y comunicar al público los últimos avances en investigación científica, y arrojar luz sobre su personalidad y su carrera. Finalmente rememora el ascenso social de un hombre de extracción modesta, hijo de tintorero, quien, gracias a su talento logra ascender en la sociedad, imponerse y hacerse un nombre sin olvidarse de sus propios orígenes, «Tintoretto» que significa literalmente «el pequeño tintorero».