Un viaje de formación, un giro decisivo y decenas de obras realizadas bajo el sol de la Polinesia francesa: en 1930, Matisse parte para un viaje iniciático a Tahití. Una epopeya artística relatada por la revista Cahiers d’art y el Museo de la Orangerie, en una nueva exposición. En esta retrospectiva, concentrada en una sola década, descubrimos el impacto que este cambio de horizonte tuvo en el pintor moderno y en sus obras. Aprovechamos la ocasión para admirar cuadros excepcionales, raramente expuestos en Francia, y procedentes de museos americanos. Para los amantes del arte, es también la ocasión de (re)descubrir la gran revista de vanguardia Cahiers d’art, y su manera de hablar de los grandes artistas de su época. En efecto, a partir de los años veinte, Matisse se convirtió en un habitual de las páginas de la revista de arte. Fue analizado y discutido junto a Vassily Kandinsky, Mondrian, Le Corbusier, Joan Miró, Marcel Duchamp…
La exposición del museo de la Orangerie pone de relieve pinturas, dibujos, esculturas, grabados y objetos de la colección de Matisse que datan de los años treinta. Pero sobre todo, la exposición compara estas obras con documentos, fotografías, películas y artículos de Cahiers d’art, con el fin de contextualizarlas, mostrar la evolución del pintor y su popularidad, y dar una mirada diferente a estas colecciones. La exposición, rica en obras maestras, también se centra en otro de sus contemporáneos: Pablo Picasso. Con una serie de cuadros raramente vistos en Francia, como El gran desnudo recostado de Baltimore, La dama de azul de Filadelfia y Las blusas rumanas, así como algunas piezas firmadas por el Minotauro, esta espectacular muestra arroja nueva luz sobre una década crucial, caracterizada por un radicalismo que le acercó a su amigo y gran rival.