La exposición Lucian Freud: The Self-portraits de la Royal Academy de Londres, se organiza siguiendo una cronología flexible dividida en seis secciones que revelan la amplia exploración que Freud hizo del autorretrato. Al preguntarle si se consideraba un buen modelo para sí mismo, el artista respondió: «No, no acepto la información que obtengo cuando me miro y ahí es donde comienzan los problemas». Este «problema» condujo a una continua confrontación con la imagen de sí mismo (uno de los raros artistas del siglo XX que lo hizo) y su cuestionamiento de la pintura, algo que se hace patente en su primer autorretrato principal, Man with a Feather (1943), y sus últimos trabajos Autorretrato, Reflexión (2002), puestos uno junto a otro en la exposición. Mientras que el primero revela la pincelada estrecha que definiría su período inicial, la obra del 2002 ejemplifica el virtuosismo técnico de su trabajo maduro. La muestra reúne unas 50 obras que abarcan casi siete décadas y representan el desarrollo artístico de Freud (1922-2011): desde su obra temprana, más lineal y gráfica, hasta el estilo más carnal que tanto lo caracterizó. Lucian Freud es uno de esos raros artistas del siglo XX
Lucian Freud fue un destacado exponente de la Escuela de Londres, y ahora sus autorretratos trazan un viaje por la vida del artista, desde que era un muchacho joven hasta convertirse en un hombre de edad avanzada; en sus autorretratos de 2002-2003 vemos a un octogenario de rostro demacrado que agarra una bufanda y apoya la barbilla en la mano, un retrato construido con las gruesas capas de pintura que se convirtieron en uno de los sellos de su obra. La mayoría de las obras reunidas provienen de colecciones privadas y un buen porcentaje no se ha visto durante varias décadas. La muestra también cuenta con los dibujos y cuadernos de dibujo de Freud, así como una serie de cuadernos de bocetos y retratos sin terminar.