El Palazzo Reale à Milan acoge una muestra sobre el simbolismo, desde la Belle Époque a la Gran Guerra, con pintura, escultura y obra gráfica. El simbolismo, un movimiento que englobó las artes plásticas, la literatura y la música, nació en Francia el 18 de septiembre de 1886, fecha en la que el poeta Jean Moréas publicó su Manifiesto en Le Figaro. Si Bélgica fue tierra de simbolistas, el movimiento se desplazó por un lado a Polonia y por otro a Cataluña. Los simbolistas – inspirados por William Blake, los prerrafaelitas y los nazarenos – defendieron un arte de contenido poético, onírico y mitológico (desde un punto de vista heroico), y trataron temas como el amor erótico, la muerte y el pecado. El simbolismo. Arte en Europa. De la Belle Époque a la Gran Guerra confronta a los simbolistas italianos con los extranjeros a través de un centenar de pinturas, esculturas y una excepcional selección de obra gráfica, una de las vertientes más interesantes de la producción de este movimiento. Entre las obras expuestas destacan Caricias, de Fernand Khnopff; Orfeo muerto de Jean Delville, o Silencio del bosque de Böcklin.