El Museo Marmottan Monet de París presenta una exposición inédita: Berthe Morisot y el arte del siglo XVIII: Watteau, Boucher, Fragonard, Perronneau. La muestra se abre con una de las obras más emblemáticas de Berthe Morisot, Au bal (1875, Musée Marmottan Monet): retrato de mujer parisina en busto vestida de baile, que sostiene un abanico decorado con una escena galante. Dos abanicos de seda del siglo XVIII, entre ellos el que aparece en el cuadro, ambos pertenecientes a Berthe Morisot, se exponen por primera vez, reunidos para la ocasión junto al retrato. Ilustran el «arte de vivir a la francesa» y dan testimonio del legado del Siglo de las Luces, especialmente presente en la alta burguesía a la que pertenecía Berthe Morisot. Sesenta y cinco obras procedentes de museos y colecciones privadas francesas y extranjeras se reúnen por primera vez para poner de relieve los vínculos entre la obra de la primera mujer impresionista, Berthe Morisot (1841-1895), y el arte de Antoine Watteau (1684-1721), François Boucher (1703-1770), Jean-Honoré Fragonard (1732-1806) y Jean-Baptiste Perronneau (1715-1783).
Basándose en el análisis de fuentes en su mayoría inéditas (correspondencia, cuadernos de Berthe Morisot, de su marido Eugène Manet y de su entorno, recortes de prensa) y en un estudio genealógico en profundidad, la exposición y su catálogo arrojan una nueva luz sobre un tema que a menudo ha sido mencionado por los historiadores sin haber sido objeto de una investigación exhaustiva. Si bien se ha demostrado que Berthe Morisot no era sobrina nieta de Fragonard ni tenía ningún parentesco con él, la exposición se centra en los verdaderos fundamentos de estas afinidades artísticas, trazando la cronología de su desarrollo y sus principales características.