El Museo Reina Sofía, presenta una exposición retrospectiva que repasa todas las sucesivas “no conformidades” del artista Ben Shahn a través de la presentación temática de obras en distintos soportes y abundante documentación de archivo. En 1957 el artista estadounidense y de familia judía lituana Ben Shahn (Kaunas, 1898-Nueva York, 1969) escribió On Nonconformity, una de las seis conferencias dictadas en la Universidad de Harvard. En ese texto sostenía que la no conformidad es una condición indispensable no solo para la producción artística, sino para todo cambio social de importancia. Este pensamiento atraviesa la obra de Shahn, quien a lo largo de cuatro décadas trató asuntos como el desempleo, la discriminación, los totalitarismos, el militarismo o la amenaza a la libertad de expresión.
El conjunto de materiales de la exposición muestra el compromiso progresista y humanista de Ben Shahn y revela la complejidad, a menudo no suficientemente apreciada, de su visión estética. En tiempos marcados por la influencia del expresionismo abstracto, Shahn defendió lo figurativo argumentando, a contracorriente de la doctrina formalista, que «la forma es la propia forma del contenido». Sin embargo, su uso de la figuración fue cambiando: si la historiografía lo define como representante del realismo social estadounidense de la década de 1930, un poco más adelante el propio Shahn se referirá a su obra como un “realismo personal” aplicado a la observación de la gente y de su entorno cotidiano.
La obras de Shahn de principios de la década de 1930 aborda varios casos judiciales célebres cuya injusticia había sido objeto de fuerte controversia pública, destacando la serie de 1931-1932 dedicada a la ejecución de los inmigrantes anarquistas italianos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti. En esa misma época empieza su actividad como fotógrafo que le llevará, primero, a retratar el Nueva York de la Gran Depresión y, desde 1935, a documentar para la Resettlement Administration-Farm Security Administration (RA-FSA) las condiciones de vida en las zonas rurales de Estados Unidos. Sus fotografías pasarían a formar parte de un enorme repositorio que sirvió para conformar el imaginario de su pintura. También en esta época recibió otros encargos del gobierno New Deal del presidente Franklin Delano Roosevelt, entre ellos varios murales de los que la exposición da cuenta.
En la década de 1950, muchas de sus obras —con representaciones de máscaras, motivos circenses y escenas de juicio— sirvieron como protesta contra la histeria anticomunista y las políticas del macartismo. Entre las distintas temáticas que Shahn desarrolló durante esta década y la de 1960, se encuentran las certezas absolutas de la ciencia —a las que contrapuso cierto escepticismo— y sus preocupaciones sobre las consecuencias funestas de la carrera armamentista nuclear.